jueves, 6 de agosto de 2009

Veintiseis.



Estabas tan cerca como el presente, eras el parasito defensor de mi sistema y esta vez era yo quien caprichosamente con su dedo índice desdibujaba tu boca y la teñía de un cerezo oscuro emblemático. Paso de ser ancha a angosta, rugosa a lisa, mórbida a nerviosa. Sobre si misma se mecía, rodaba y escalaba pero siempre como reparo de mis dientes terminaba.


Rogaste un suspiro y te cedí mi respiro, solo te quejabas por mis manos heladas que a rozarte se negaban. Tanto me confundías que no era consiente de aquello que decía, y así derrumbé en tus malditos oráculos que predecían todo aquello que intercedía.


No entendías que el equilibrio es muerte y la locura vida, pero aun insistía en que despejes tu vista y escuches la euforia de de aquellas finas risas que reían. Solo ocultabas lo deliciosamente absurda me veía, y solo afirmabas que así me querías. Y como polvo todo se elevo desperdigándose entre los aromas de la oscuridad del sol y un delirio se torno.


Solo somos nubes vagabundas en libertad sin un rumbo que el viento volverá a chocar, podemos terminar en gotas o en tempestad.

sábado, 1 de agosto de 2009

Solo Circulos

La respiración del mundo encuentra su perfección en el círculo
y todos los elementos de la vida son redondos: el sol y la luna; las estrellas y
las estaciones, que siempre vuelven; el viento, que crea remolinos; la tierra;
los planetas; los nidos de los pájaros; la vida del hombre que nace y retorna a
los orígenes. Todo es redondo como los ojos que miran.