miércoles, 22 de julio de 2009

Coronel Escalada

Me fui vacía y volví aun más de lo que era en mi partida.
Viajaba sosteniendo una ilusión que la lluvia arrebato. Silenciosa y discreta te busque, no te halle.
Acabadas están las tardes en que el polvoriento y oscuro asfalto de Coronel Escalada nos separaba y la vereda continua
refugiaba.
Llegue dispuesta a que toques la puerta, de donde esta vez solo por cuatro noches permanecería. Pero olvide advertirte que luego de tres años solo había vuelto por un momento.
Sin tu presencia nada me obligada a quedarme, nada me aseguraba un sol diferente a otros soles, nada me convencía a luchar por una mas lejana hora de partida. Era feliz pero me faltaba tu risa.
Ahora entre estridentes voces y ruidos de motores encuentro el silencio para que me de la respuesta a lo deshecho.
Atreves de los vidrios empañados las distantes formas no se distinguen y solo veo el brillo de los amarillos prados secos.

Solo intente protegerme de volver a encantarme y a tu recuerdo anclarme, o quizás solo intente protegernos de aquel nauseabundo, maravilloso e irritante nostálgico amor.
Por eso oí a alguna voz de mi interior que imperativamente pronunció “No revuelvas mas el pasado, es lo mejor”.

viernes, 10 de julio de 2009

Histeria.


No es una virtud, no es un defecto, solo es parte de un universo. Es extraña y obra en silencio, no destruye altera el juego. Poco a poco te enloquece, se apodera de tu mente, teje y desteje ahora ya no sabes lo que quieres.
Tranquila suena en pequeños ecos, pinta el cielo y luego el infierno. Cada día un fresco nuevo encuentro en mi cuerpo; ya no distingo lo que siento entre sombras y espejos.
Vete, Vete lejos! Solo entonces sabré como te quiero.
En tu ausencia ella no gobierna y yo suave como un histrión puedo levantar el telón y salir a escena.
Profusos pensamientos deshacen mi cordura e irrisorias luciérnagas destellan habladurías externas a ellas. Entonces pregunto dónde estas corazón, a lo que nadie respondió y ahora en vez de sentir tu calor siento la helada brisa del invierno que llego.
Un día te quiero y dos no. Un mes te extraño y tres no. Pero cada vez que tu mal desaparece vuelves a hacerte presente, entonces ella con una irreverencia me saca fuera y mueve las piezas del rompecabezas.
Otra vez en mi irrespirable toxica burbuja me sentare a esperar que la noche hulla, mientras que mi hipertrófica histeria contigo juega.

sábado, 4 de julio de 2009

Con "ce" de te.

Concédeme un tiempo para sacarme de tu tiempo,
Concédeme un tiempo para sacarte de mi tiempo,
Concédeme la ceguera de verte,
Concédeme los contrastes necesarios para perderte,
Concédeme el instante previo a tu respiro,
Concédeme gozar el ultimo de mis respiros,
Concédeme escupirte mis sentimientos,
Concédeme esquivar lo que siento,
Concédete mi alfabeto.