viernes, 10 de julio de 2009

Histeria.


No es una virtud, no es un defecto, solo es parte de un universo. Es extraña y obra en silencio, no destruye altera el juego. Poco a poco te enloquece, se apodera de tu mente, teje y desteje ahora ya no sabes lo que quieres.
Tranquila suena en pequeños ecos, pinta el cielo y luego el infierno. Cada día un fresco nuevo encuentro en mi cuerpo; ya no distingo lo que siento entre sombras y espejos.
Vete, Vete lejos! Solo entonces sabré como te quiero.
En tu ausencia ella no gobierna y yo suave como un histrión puedo levantar el telón y salir a escena.
Profusos pensamientos deshacen mi cordura e irrisorias luciérnagas destellan habladurías externas a ellas. Entonces pregunto dónde estas corazón, a lo que nadie respondió y ahora en vez de sentir tu calor siento la helada brisa del invierno que llego.
Un día te quiero y dos no. Un mes te extraño y tres no. Pero cada vez que tu mal desaparece vuelves a hacerte presente, entonces ella con una irreverencia me saca fuera y mueve las piezas del rompecabezas.
Otra vez en mi irrespirable toxica burbuja me sentare a esperar que la noche hulla, mientras que mi hipertrófica histeria contigo juega.

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