miércoles, 22 de julio de 2009

Coronel Escalada

Me fui vacía y volví aun más de lo que era en mi partida.
Viajaba sosteniendo una ilusión que la lluvia arrebato. Silenciosa y discreta te busque, no te halle.
Acabadas están las tardes en que el polvoriento y oscuro asfalto de Coronel Escalada nos separaba y la vereda continua
refugiaba.
Llegue dispuesta a que toques la puerta, de donde esta vez solo por cuatro noches permanecería. Pero olvide advertirte que luego de tres años solo había vuelto por un momento.
Sin tu presencia nada me obligada a quedarme, nada me aseguraba un sol diferente a otros soles, nada me convencía a luchar por una mas lejana hora de partida. Era feliz pero me faltaba tu risa.
Ahora entre estridentes voces y ruidos de motores encuentro el silencio para que me de la respuesta a lo deshecho.
Atreves de los vidrios empañados las distantes formas no se distinguen y solo veo el brillo de los amarillos prados secos.

Solo intente protegerme de volver a encantarme y a tu recuerdo anclarme, o quizás solo intente protegernos de aquel nauseabundo, maravilloso e irritante nostálgico amor.
Por eso oí a alguna voz de mi interior que imperativamente pronunció “No revuelvas mas el pasado, es lo mejor”.

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